Seguramente que has oído hablar sobre la importancia del cuidado facial para sentirse bien con uno mismo. Porque si de algo sirve hidratarse la piel es para evitar la aparición de arrugas, manchas o incluso flacidez.
Por eso sumar a la rutina un serum podría ser clave para conseguir grandes resultados si se aplica de forma rutinaria. Pero si aún eres un inexpert@, te ponemos en contexto.
¿Qué es un serum?
Es un producto cosmético que se aplica en el rostro y que se caracteriza por su alta concentración de principios activos que penetran la piel para conseguir una mayor efectividad, de esta manera los resultados pueden apreciarse a corto plazo. Además, su textura es muy agradable ya que es muy ligera y fresca.
Eso sí, no sustituye a las cremas hidratantes sino más bien complementa y completa la rutina facial. Pero se ha convertido en un producto esencial para combatir las imperfecciones.
¿Cómo y cuándo aplicarlo?
Dentro de la rutina, el serum es el primer producto en aplicar tras una limpieza profunda del rostro. Es compatible tanto para el día como para la noche, pero si lo aplicas por la mañana es recomendable que utilices un protector solar ya que carecen de dicha protección.
Por lo general, su aplicación es muy sencilla ya que con 3 – 4 gotas del producto es suficiente para cubrir toda la cara. La clave está en utilizar las yemas de los dedos para dar toquecitos suavemente y penetrar mejor la piel, nunca se extiende como una crema normal.
Y ya solo tienes que esperar a que se absorba totalmente.
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